Ha pasado más de un mes de las polémicas declaraciones de Marta Rovira y ningún partido político o líder del sector independentista ha salido a defender a la secretaria general de ERC. El 18 de noviembre, Rovira denunció –sin pruebas- que “habría muertos en las calles si no se renunciaba a la DUI”. Las palabras de Rovira levantaron una gran polémica, sobretodo porque dichas acusaciones no se fomentaban en ninguna prueba. De hecho, algunas de las fuentes que más tarde reveló Rovira, como el ‘síndic’ de Greuges, Rafael Ribó o el mismo ‘lehendakari’ Iñigo Urkullu, negaron que estuvieran al caso de esta situación.

Evidentemente las duras acusaciones de la secretaria general de ERC no gustaron a los miembros del Gobierno ni tampoco a los partidos de la oposición. Pero el caso es que la reacción de Rovira tampoco gustó al independentismo. Si bien el diputado de Junts Pel Sí, Lluís Llach salió en defensa de Rovira, ningún político separatista apoyó a la número 2 de Oriol Junqueras. La indiferencia mostrada entre las filas independentistas preocupa a Marta Rovira, ya que es consciente que ha quedado retratada. Acusar sin pruebas puede ser un castigo electoral e incluso personal, ya que dichas declaraciones siempre se vincularan a Rovira. Con el exvicepresidente Oriol Junqueras en prisión, todo indicaba que Marta Rovira podría ser la nueva presidenta de la Generalitat pero aquellas declaraciones puede que le pasen factura. Mañana empieza la campaña electoral y podremos comprobar qué papel desarrolla la actual secretaria general de ERC, y si ha perdido enteros para liderar la nueva legislatura.