Su funcionamiento no tiene secreto y las probabilidades de éxito que ofrecen cada vez son mayores. Las clásicas tragaperras han saltado al mundo internauta por la puerta grande hasta el punto de convertirse en uno de los principales estandartes del efervescente juego online.
Respecto a sus parientes mayores, las clásicas tragaperras de sala, las slots mantienen el nexo común del procedimiento: cuanto más dinero se juegue, mayor puede ser el premio. Ahora bien, su índice de posibles ganancias se dispara. En concreto, los expertos calculan que las posibilidades de ganar dinero aumentan entre un 4% y un 6% mediante las apuestas gestadas a golpe de clic. Esta mayor promesa económica se une a la simplicidad del soporte online. En este sentido, basta con que el usuario concrete un tope económico, un límite sustentado más con la cabeza que con el corazón, y esperar que el azar se fije en ti.
El momento dulce de las tragaperras digitales no ha pasado desapercibido en las grandes plataformas de la Red, como por ejemplo en https://www.mejorcasino.com.es/tragaperras/, un espacio que con sus numerosos modelos de slot a elegir se ha convertido en una apuesta segura, nunca mejor dicho.
Una de las opciones más suculentas que se pueden encontrar en este portal, por ejemplo, son las llamadas tragaperras progresivas, unas slots con las mismas reglas que las demás pero con una diferencia sustancial: su procedimiento ha sido modificado para que el premio sea pagado en el llamado “bote”. Es decir, las máquinas progresivas pueden congregar muchos jugadores al mismo tiempo, lo que da lugar a botes millonarios.
Ese tipo de tragamonedas se ha hecho un hueco con tanta fuerza que ya aparece en las salas y monitores de todo el mundo. Su principal atributo, como se ha comentado, es su bote, normalmente mucho más inflado que en una slot convencional, aunque también tiene alguna desventaja. El principal inconveniente, coinciden los jugadores, es que la probabilidad de ganar el premio mayor disminuye con claridad, un factor que se une a otro aspecto: las apuestas mínimas son de cantidades mayores. Un premio así, obviamente, se tiene que pagar.