Apostar a favor del próximo goleador de un partido de altos vuelos, decidir qué baloncestista meterá el triple decisivo o cruzar los dedos para que el tenista de tu ciudad se corone campeón de un notorio trofeo. Todo esto ya es posible con solo un dispositivo móvil y una conexión a Internet, elementos que han revolucionado en los últimos años el sector de las apuestas deportivos a ritmo vertiginoso.
Se trata de un segmento, en efecto, que vive su particular época dorada. Buena parte de su apogeo se explica por la capacidad que tienen las plataformas online de apostar en directo, es decir, de brindar al usuario la posibilidad de ganar dinero mientras ve un partido o un evento determinado por la televisión.
No es para nada osado concluir que la apuesta directa a golpe de clic se ha convertido en la principal innovación del sector en los últimos años. Tal cosa queda patente en el abanico de opciones que uno se encuentra en la Red, sintetizado por ejemplo en plataformas como https://www.casadeapuestasonline.es/directo/, un segmento cada vez más amplio y con más opciones para los jugadores.
Todos ellos, los clientes, gozan en estos momentos de un servicio preciso y de alta calidad que incluso ha creado un estilo de jugador propio: el que visualiza los partidos de forma metódica y calculada para cocinar la mejor apuesta posible. Todo esto es posible gracias a la ayuda tecnológica, un recurso imprescindible que hace posible un seguimiento segundo a segundo de lo ocurrido en un campo, en una pista o en una piscina, por citar algunos ejemplos. A toda esta logística informática también se deben sumar otros factores, como la alta velocidad del Internet actual, lo que permite incluso que el usuario reciba imágenes de los encuentros que sigue, o la adaptación de los 'smartphones', hecho que fortalece el dinamismo.
En definitiva, la irrupción de las apuestas en directo ha abierto las opciones, los mercados y también las condiciones. Pero no todas las opciones de apuestas en directo son óptimas. Para calibrar la mejor opción, se tienen que tener en cuenta, como mínimo, tres factores capitales: el abanico de mercados incluidos; el nivel de cuotas existente y la adaptación de la aplicación en todos los dispositivos posibles, desde teléfonos móviles hasta tabletas o ordenadores de sobremesa.