El tercer encuentro del ciclo "Cataluña en la encrucijada" impulsado por el Ateneo de Madrid reunió anoche al expresidente de la Generalitat, Artur Mas, y el exministro de Asuntos Exteriores del Gobierno español, José Manuel García-Margallo. Un debate, éste, que se inició con polémica y ensuciado por los insultos de un grupo falangista hacia el exmandatario catalán.

El ciclo, organizado por Ángel Luis Alonso, profesor de Derecho Constitucional de la Universidad Complutense, se celebró en un Salón de Actos lleno a rebosar. Todos los asistentes, entre los cuales destacados senadores y diputados del PDeCat y socios de la ANC de Madrid, pudieron escuchar una exposición inicial de Mas donde el expresidente cuestionó la legitimidad -y legalidad- de la Constitución entre la población, además de recordar que el pueblo catalán, a través de sus multitudinarias protestas y resultados electorales, ha evidenciado que "necesita un cambio de rumbo". Para acabar su primera aportación, Mas lamentó que desde la Moncloa no se proponga "ninguna alternativa o posible solución, un posicionamiento que, según subrayó, difiere mucho de la voluntad del Govern catalán de "querer dialogar" acerca de un referéndum que, dijo, es la "única solución posible".

Por su parte, el extitular de Exteriores recalcó que se situaba a las "antípodas" de su contrincante dialéctico. En este sentido, sí que reconoció la gravedad de la situación en Cataluña, pero también aludió a la "generosidad nunca recompensada" de los padres constituyentes y habló de la crisis económica como el verdadero motor que justifica el aumento del sector independentista. Margallo, que defendió la unidad territorial española como algo incuestionable, manifestó que el contexto crispado actual se debe solucionar con "propuestas sensatas, circunscritas a la ley y reguladas por el Estado de Derecho". "El separatismo es un callejón sin salida, no lleva a ningún lado y puede tener un coste excesivo al fracturar la sociedad catalana", añadió.

El procés, ¿un golpe de estado?

Acto seguido, Alonso planteó el debate acerca del procés y su hipotética semejanza a un golpe de estado. Mas, amparándose en la mayoría del Parlament, negó la teoría del complot y recordó que "el 70% de quienes residen allí no son autóctonos, nadie puede tacharnos de nacionalistas"."El único golpe de estado que ha conocido España fue el de Tejero el 23-F, desde la Generalitat sólo se impulsa un reto democrático en mayúscula", agregó. En su turno de respuesta, Margallo recordó a Mas que España es un "país democrático integrado en la unión Europea" y ligó el futuro del país con el del sistema comunitario.

El debate continuó fluyendo y llegaron diversas referencias a otros países o políticos. Así, Mas se mostró partidario de una Europa federal, un proyecto que reconoció inviable, y también tuvo palabras por David Cameron, a quien alabó por haberse portado "como un demócrata". Estas palabras, precisamente, provocaron la reacción irónica de Margallo, que subrayó que Europa no piensa en "ampliaciones del territorio".

La internacionalización del Procés

Los dos tertulianos siguieron hablando y llegaron hasta el tema de la internacionalización del Procés catalán. Mas, que reconoció que los mismos tratados vetan cualquier posible declaración unilateral de independencia, se mostró esperanzado del pragmatismo de los líderes europeos. "Una vez asumida la salida de Londres de la UE, harán lo mismo con una Cataluña independiente", auguró el expresidente de la Generalitat antes de recordar que la unificación de Alemania en 1990 "se llevó a cabo en pocos meses, aquí pasará lo mismo".

En su torno de palabra, Margallo precisó que las normas de Escocia y el Reino unido no tienen validez en el caso español y recordó que un estado, para ser reconocido como tal, necesita el beneplácito de la comunidad internacional. El popular habló también del artículo 49 del Tratado, que impide cualquier adhesión a la UE de un territorio que se haya declarado independiente de forma unilateral.

Finalmente, Mas concluyó su exposición dejando entrever que no hay alternativa a la consulta, además de resaltar que una Cataluña soberana "beneficiaría a todos, desde las seis mil multinacionales hasta las pequeñas y medianas empresas".

"Cuentas pendientes" con el Estado

El debate concluyó con un turno de preguntas del público. En esta fase, Mas destacó la diversidad y heterogeneidad de la comunidad autónoma y se mostró convencido que "la sociedad aceptará las reglas del juego".

Por su parte, Margallo se limitó a evocar su militancia de base ante la insinuación de que Moncloa llegue a un acuerdo con ERC, mientras que el exmandatario catalán profesó no tener "nada en contra de España, pero sí un montón de cuentas pendientes y de agravios con el Estado".

Fuente: Gironanoticies.com