La multa a una empresa de muebles por no rotular en catalán ha llegado hasta los 1.500 euros después de años batallando contra ella. El periplo de la empresa Tresimodern, que tiene dos tiendas de muebles y decoración en Sant Adrià del Besòs y Ripollet, comenzó en el año 2008, cuando los inspectores de la Agencia Catalana de Consumo se fijaron en la rotulación del negocio. "Los inspectores se fijaron en unos vinilos que tenemos desde siempre, y que son lemas para atraer a la clientela:"La experiencia, la seriedad y la calidad Tiene un número" y "El diseño marca la comodidad"", explica el empresario Rafael Moreno, que añade ??que esta señalización está en el establecimiento desde 1990, mucho antes de que entrara en vigor la ley.
"Cuando vinieron por los carteles, los inspectores vieron que el material de oficina de la tienda, como los documentos para hacer los pedidos, y las etiquetas de los muebles están en castellano", explica. "Nos pidieron que toda la información que tenemos al alcance del cliente estuviera en catalán, pero nosotros trabajamos con fabricantes nacionales y no les podemos pedir que nos traduzcan todo el material y los catálogos y tampoco lo podemos hacer nosotros, es inviable, no es lógico", asegura, y lamenta que tampoco pueden retirar el material que usan para sustituirlo por otro. "No podemos tirar todo el material de oficina que tenemos en castellano y que está en perfecto estado sin antes usarlo, no estamos para tirar el dinero. Cuando se acabe, ya decidiremos cómo lo hacemos, porque nosotros no tenemos ningún problema en utilizar el catalán o el castellano. Lo que pasa es que más del 90% de nuestros clientes usan el castellano", indica Moreno.
Actualmente, la empresa tiene retenidos en el banco 900 euros que corresponden al segundo pago de la sanción. "En teoría, la multa era de 1.200 euros, pero nos han aplicado recargos por retrasos y a día de hoy, entre el importe y las penalizaciones, ya llevamos pagados unos 1.550 euros", indica Rafael Moreno.
"Hemos consultado varios especialistas en la cuestión y nos han dicho que no tenemos más remedio que pagar, así que pagaremos y luego ya veremos cómo procedemos", afirma Rafael Moreno, que añade que la empresa no puede asumir el gasto de los cambios que pide la Generalitat y al mismo tiempo hacer frente a la multa. "Nosotros sabemos de casos en que se han ofrecido descuentos para hacer los cambios o ayudas para pagarlos, pero este no es nuestro caso", dice.
"Nos consta que hay otros empresarios que simplemente pagan y no luchan como nosotros, por miedo a que haya alguna represalia contra los establecimientos", explica Moreno.
Unas setenta empresas sancionadas en 2015
El caso de Tresimodern no es único. Según los últimos datos hechos públicos por la Generalitat, el Gobierno sancionó 68 empresas en 2015 por vulnerar los derechos lingüísticos. Según los datos del Gobierno catalán, el importe de las sanciones fue de 140.000 euros y la recaudación final de 13.000. En Girona un negocio de comercio minorista fue sancionado con 1.000 euros en 2015, mientras que un año antes, en 2014, una compañía dedicada a las actividades inmobiliarias de Castelló d'Empúries fue multada con 600 euros.
En 2015 también hubo establecimientos multados en Arenys de Mar, Badalona, ??Barberà del Vallès, Calella, l'??Hospitalet de Llobregat, Martorell, Mataró, Mollet del Vallés o el Prat de Llobregat. También en Rubí, Sabadell, Salou, Sant Antoni de Vilamajor, Sant Joan Despí, Terrassa o Barcelona, ??que acumula la mayor parte de multas. Entre las sanciones más elevadas hay, por ejemplo, una multa a una empresa de hostelería en Terrassa sancionada con 3.800 euros o una empresa de actividades inmobiliarias en Mollet del Vallés, con 2.500.
Hasta el 6 de abril de 2016, eran 89 las empresas con expedientes sancionadores en trámite por infracciones por no rotular en catalán: 43 provenían de denuncias realizadas por particulares, y una decena más, por entidades. El resto fueron expedientes abiertos de oficio por parte de la Agencia Catalana de Consumo.