Verano tras verano, año tras año. La tendencia no falla: con la llegada del calor el número de billetes falsos en circulación se dispara en España. Y evidentemente, este año no ha sido una excepción, y más teniendo en cuenta los buenos registros turísticos registrados en el país, un contexto ideal que lleva implícito un cambio de divisas constante y, por lo tanto, la colocación de dinero falsificado a los turistas.
Lejos de erradicarse por completo, el problema parece que en los últimos años va a mayores. En febrero, la Policía desmanteló una fábrica de billetes falsos de 50 euros en Toledo que tenía como objetivo reproducir más de dos millones de dinero ilegal. Hay un sinfín de ejemplos más: desde la caída de la mayor red de falsificación de monedas en Murcia hace solo un par de meses hasta la detención, en agosto, de un grupo dedicado a simular billetes de 200 euros en Valencia.
Para contrarrestar sus efectos existe una herramienta, el detector de billetes falsos, que cada vez ha ido adquiriendo más protagonismo en los comercios y grandes almacenes de todo el mundo. La oferta es amplia, dudosa y nos lleva a una pregunta casi obligada: ¿cuál debemos escoger? Sobre eso, los expertos explican que un dispositivo de este tipo debe tener dos características fundamentales que sirven, con total garantía, para separar un buen detector de otro poco funcional: debe ser, ante todo, eficaz y rápido.
En este sentido, uno de los modelos más innovadores, como se puede ver en la web de Detectalia, es el D7, sucesor del D150. Su fiabilidad consta de una alta tecnología capaz de incorporar hasta siete sistemas de verificación: la marca de agua, el perfil de infrarrojo, las propiedades magnéticas, el hilo de seguridad, los hologramas, el tamaño del papel y el grosor del billete. Tal conglomerado de atributos, junto con su enorme practicidad y fácil funcionamiento, convierten el aparato, testado por el Banco Central Europeo y adaptable a los nuevos diseños de las divisas, en la mejor arma para combatir una práctica cada vez más global y peligrosa.