Patrimonio, gastronomía y cultura, pero también ocio, mucho ocio. Barcelona se ha erigido desde hace ya años como uno de los epicentros turísticos a nivel mundial, una condición que se confirma una y otra vez con rankings o valoraciones de toda índole. Una de las últimas clasificaciones, por ejemplo, es el informe bienal de European Cities Marketing, que destaca la ciudad condal como uno de las metrópolis más creciente en lo que se refiere el turismo urbano.
Su atractivo es global y va más allá de iconos universales como la Sagrada Família, el Camp Nou o el Mercat de la Boqueria. Y es que su carácter mediterráneo, rasgo que lleva implícito una condición cosmopolita inherente, ha servido para incentivar todos y cada uno de los rincones de una urbe referencial, entre otros sectores, en el ámbito del turismo internacional.
Tal apogeo conlleva un abanico de actividades y eventos de relumbrón. Desde divertidos ejercicios de humor amarillo y paintball a la emoción del nightball, son muchas las opciones que se pueden efectuar cerca de la capital catalana como complemento a la típica visita turística de flashes y caminatas largas por las calles.
Su crecimiento como actividades alternativas no deja de aumentar. Cada vez son más los que se aventuran a esas opciones como fórmula para conseguir las vacaciones o la escapada perfecta, o sea, la que aglutina el turismo habitual de souvenir con la adrenalina que aportan unos campamentos compuestos de divertidas pruebas de larga duración –alrededor de un par de horas-, de precio accesible para cualquier bolsillo y permeables a cualquier tipo de evento, desde una despedida de soltero/a hasta cumpleaños o actividades de incentivo empresarial. ¿Qué hacer en Barcelona de ocio? La respuesta es fácil: divertirte.