Cada vez está más cerca uno de los días del año más esperado por los catalanes, el día de San Jordi. El 23 de abril, las calles de muchas ciudades de Cataluña, se llenan de alegría y entusiasmo y se abarrotan de puestos donde se abre la venta de libros y rosas. Se trata de una celebración con motivo del patrón de Cataluña, pero recordando, principalmente, el amor que se tienen unos a otros y la cultura que aporta la buena lectura.
Así pues, el día de San Jordi es para los catalanes su propio día de San Valentín. Es una celebración que en esta provincia lleva una larga cola de tradición y que ya se aplica en otras tantas ciudades de la península, así como en otros países.
Toda esta tradición llegó a Cataluña hace siglos gracias a una leyenda que desde entonces muchos artistas y fenómenos culturales han logrado plasmar en algunas de sus obras artísticas. Por ejemplo, Antonio Gaudí representó la leyenda en la preciosa arquitectura de la famosa Casa Batlló de Barcelona, que hoy en día continúa entusiasmando a toda la población y turistas.
La leyenda de San Jordi explica que hace muchos años en Montblanc, Tarragona, había un temible dragón que con su aliento era capaz de matar a cualquiera. Los ciudadanos de la zona, estaban ya hartos y asustados de las continuas amenazas del dragón, así que decidieron que cada día podría comerse a un ciudadano, que sería elegido a sorteo.
Varios días después fue desafortunadamente elegida la princesa, pero cuando ésta se dirigía hacia el dragón apareció un caballero llamado San Jordi que consiguió rescatarla, atravesando al dragón con su espada y finalmente matándolo. De la sangre que brotaba del dragón salieron un sinfín de rosas rojas y el caballero le regaló una a la princesa.
En la casa Batlló la leyenda se encuentra representada de la siguiente forma: las tejas en forma de escamas de la azotea representan la piel del dragón y la cruz de cuatro brazos situada a la derecha representa la espada con la que el caballero le mató. El último piso, justo por debajo de la azotea, cuenta con un balcón en forma de flor para representar el balcón de la princesa.
Los pisos inferiores representan las víctimas del dragón pues se encuentran balcones en forma de calaveras y columnas que parecen huesos. Por último, las escaleras del vestíbulo que dan acceso a la vivienda, tienen forma de vertebras aludiendo a la columna y cola del dragón. La sala principal cuenta con arcos que evocan la caja torácica de un gran animal como era este dragón.
Hoy, la bonita leyenda de San Jordi, como ya hemos mencionado antes, continúa presente en muchas ciudades de Cataluña, y no solo en Barcelona. En Montblanc, la ciudad de la que nació la leyenda, se llevan a cabo representaciones teatrales y musicales con el fin de revivir esta tradicional historia. Además, en el casco antiguo se encuentra el conocido Portal de San Jordi, donde se dice que salió el caballero después de matar al dragón.