Tras la proclamación de la República Catalana y la posterior aplicación del artículo 155, Carles Puigdemont y sus ‘consellers’ viajaron a Bruselas para evitar su encarcelamiento. El ‘expresident’ se llevó a su amigo, Josep Maria Matamala, y más tarde, contó con otro inesperado compañero de viaje: un Mosso d’Esquadra. Un agente de la policía catalana, que entonces estaba de vacaciones, viajó a la capital de Bélgica para proteger al exalcalde de Girona. Unos meses más tarde, el ministerio de Interior ha decidido apartar del servicio de escoltas al Mosso d’Esquadra y lo destinará a trabajos de Seguridad Ciudadana. De hecho, si decidiera volver a Cataluña, no podría seguir ocupando su anterior función dentro del cuerpo. Además, el Mosso en cuestión está pendiente de si finalmente lo sancionan, ya que el pasado mes de noviembre, la Dirección de Asuntos Internos del cuerpo le abrió un expediente disciplinario.

La retirada del Mosso d’Esquadra como escolta no es la única mala noticia para Puigdemont. En pleno debate sobre si será o no ‘president’, Puigdemont ha sabido que podría ser inhabilitado en los próximos meses. Sin ir más lejos, el pasado jueves, el ministro de Justicia, Rafael Catalá aseguró que tanto Puigdemont como Oriol Junqueras serán inhabilitados antes del juicio, en aplicación del artículo 384 bis de la Ley de Enjuiciamiento, que prevé la suspensión de la función de los procesados en firme por rebelión mientras estén presos. Si finalmente se cumplen los pronósticos, todo indica que habrá nuevas elecciones y que el ‘procés’ quedará muy tocado.