¡Taxi! ¡Taxi!

Esta palabra de llamada es tan habitual que cualquiera la entiende y sabe lo que significa. Sin embargo cada vez se utiliza y oye menos. Las Apps que los buscan por ustedes y les indican donde está el más próximo, proliferan.

También las empresas de transporte de viajeros que se ofrecen como alternativa al taxi tradicional de siempre y que tantos conflictos causan con este colectivo que no atraviesa su mejor momento.

Hasta no hace mucho, parar uno en la calle era lo habitual, se podían observar a los viajeros en la acera con indudable aspecto de águila oteando el horizonte a la espera de divisar la deseada luz verde en el techo. Y si se fijaron en alguna ocasión en el taxista, habrán observado cómo va pendiente de la gente que transita por las aceras y con ojo de psicólogo adivina quién busca sus servicios antes de que el potencial viajero se percate de su presencia. Volantazo para acercarse al bordillo y bandera abajo. Se inicia una nueva carrera. Esperamos que no les toque uno de los peores taxis del Orbe.

Hoy en día cada vez son menos las ocasiones en las que se puede parar uno en la calle, a no ser la coincidencia de que acabe de dejar un viajero. Lo habitual es llamar a las centralitas desde donde les avisarán al coche más próximo, con lo que llegará con un importe en el taxímetro que encarece la carrera de forma considerable, o subirse en una parada con el habitual recargo con lo cuál comienzan pagando una cuantía solo por abrir la puerta e indicar el destino. Sin contar con la desafortunada experiencia de que les puede tocar uno de los taxistas más groseros del mundo.

Les recomendamos que sea cual sea su destino o lugar de recogida, entren en Taxi2airport.com y contraten el suyo. Les recogerán a la hora y lugar que indiquen, les llevarán a su destino conociendo de antemano la tarifa y el importe a abonar, pagando de forma segura con el medio de pago que más le interese, sin pegas ni recargos, y con la garantía de una empresa de prestigio y profesional. Cuando lo prueben, lo usarán siempre.